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sábado, 19 de mayo de 2012

Las Termópilas


Así me comentaba esta mañana una voz presidencial que estaban siendo los reconocimientos en la plaza de toros de Las Ventas este San Isidro 2012.
Al cúmulo de despropósitos del nuevo tripartito, Choperita-Casas-Matilla, habremos de sumar los constantes conflictos en los corrales de la primera plaza del mundo. Camiones cargados de ganado pasan cada mañana como si del abasto cárnico madrileño se tratara.
Apunten, hasta 20 supuestos toros de Peñajara habrían reconocido los veterinarios para mañana mismo, sin aprobar corrida alguna, y un nuevo camión con una corrida de Joselito (toros de El Tajo y de La Reina) llevaba el mismo camino. Seguro que, uno y otro hierro, acaban apareciendo por alguna de las plazas del Norte de España con sendas corridas de verdaderos toros, Bilbao o Pamplona, pongan por ejemplo; ya veremos los carteles. Y entonces qué, porqué no tienen reses para Madrid. Sencillamente porque en Madrid los precios que se pagan no son ni los de Pamplona ni los de Bilbao, por si queda algún incauto por el mundo. Aquí se pagan a precio de carne y poco más, y por ello los ganaderos mandan lo que mandan..., que también manda... narices. A que también aparecen tres, cinco o quince reses este verano con alguno de estos hierros, descomunales y con trapío para dos plazas de toros, en las calles de Valencia, Castellón o Teruel, a que sí…
Al margen de los múltiples remiendos en lo que llevamos de feria isidril, se han echado para atrás, piaras completas de reses indignamente presentadas para una plaza de la categoría de la de Las Ventas. Lo del día de El Vellosino, con esa componenda de cuatro de Valdefresno, era de juzgado de guardia, y eso después de 24 toros reconocidos… 24 reses para esa indecencia, esos gatos con sombrero. La de Manolo González, entera para atrás ayer mismo, y eso que también vieron otra buena porción de ellos, antes de aprobar los de Bohórquez dichosos que pudieron contemplarse. Para mañana, nuevo escándalo previsto. Hoy, al parecer, también ha habido sus más y sus menos en los corrales venteños; aunque al fin se lidiarán seis del hierro titular de Torrestrella.
Ya no les cuento de casta –la bravura, inexistente, si acaso con una única excepción-, simplemente el trapío de las corridas ofrecidas por la empresa del tripartito está siendo piedra de toque del taurinismo en contra de la afición y de la dignidad de la fiesta. Si claudicamos, si claudican los equipos veterinarios y presidenciales, con ello perderá la fiesta muy buena parte de su ética… y eso que Madrid era casi una isla en el océano de la mercachiflería taurina.
Toro de Partido de Resina (Pablo Romero) que no tendría problemas de trapío en Madrid (Foto: Salva)
Los malos gestos, las palabras más altas que otras, las discusiones, las presiones, están siendo tónica común de los reconocimientos veterinarios de este año; esperemos, como lo muestran las palabras de esa persona que, en primerísima persona me lo ha contado, que sepan defender a la afición, al público que pasa por taquilla, a la dignidad de la plaza y a la fiesta, en definitiva, como aquellos valientes trescientos que dieron su vida por Esparta, por una forma de vida, por la libertad frente al imperio persa opresor. Atenas y otras ciudades-estado griegas entonces, como la Comunidad ahora, casi se lavó las manos ante el ataque a una de las suyas,  anduvo esperando poco menos que impasible como entregaban su vida los héroes de la gesta y acabaría sucumbiendo ante la invasión asiática; traidores hubo hasta en las propias filas de los espartanos, vendidos al oro de Jerjes. Pero al fin, la historia no recuerda ni a unos, ni a otros, sino a los valientes que dieron su vida en pro del ideal, elevando la abnegación y el sacrifico a la épica universal. Otro tanto confiamos ocurra este año en Las Ventas y que los equipos presidenciales aguanten impertérritos los ataques, los embates y las escaramuzas en contra del toro de lidia y de la fiesta nacional. Desde esta tribuna de retaguardia, me sumo a ello. Las Termópilas… ¡au, au!

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