Etiquetas

miércoles, 19 de junio de 2013

Toros, toreros y toreos

El comentario de Ángel Arranz
Reglas y excepciones
La representación del ritual taurino más exigente tiene idiosincrasia propia con respecto a la representación de casi todos los espectáculos habidos y por haber. Es un melodrama –música sonora y callada, a la vez que drama directo y verdadero- solemne; en la forma y en el fondo, en realidad es un pulso entre dos sujetos que simbolizan la razón y la fuerza.
Todo ocurre sobre la marcha, sobre la suerte, y, a la velocidad de lo casi efímero y trascendente. ¿No es casi efímero el momento de nacer o morir en  los seres humanos si los comparamos con expectativas de vida más allá de los ochenta años?
Claro, es tan difícil como fácil, o es tan fácil como difícil presidir y reglamentar lo efímero, al gusto o disgusto de todos. La intuición y la conciencia individual y colectiva son decisivas a la hora de reglamentar los hechos y presidir las decisiones… sin que haya mínimas lagunas o carencias.
Es la soberanía y la sabiduría de los aficionados la que suele facilitar el veredicto del presidente a la hora de otorgar trofeos. En la mayoría de espectáculos donde hay que calificar o premiar, los veredictos dependen de un juez, de un árbitro, de un jurado… y todos esos miembros tienen presidentes. Es decir, los que ordenan y dirigen las corridas de toros son los presidentes en directo, sin intermediarios, y además, asesorados por expertos contrastados en toros, toreros y toreos.
Eso no quiere decir, que de vez en cuando cometan errores, pero en líneas generales todavía son bastantes fiables. En líneas particulares, es verdad, que conceder o no conceder una o dos orejas benefician o perjudican la trayectoria de los toreros a corto plazo, pero son los toreros los que deben poner las cosas en su sitio a medio o largo plazo.
Lo mismo, o casi, podemos decir de los ganaderos, de los toros, de los reconocimientos; de sus cambios o recambios de última hora, por la devolución de toros por falta de energía, o por accidentes o incidentes imprevistos. Es la democrática y casi espontánea manifestación del público la que ha de indicar la decisión del presidente.
Los altruistas presidentes de las corridas de toros tienen la obligación ética de poner su condición de aficionados por encima de todas y cada una de las consideraciones a plantear; y, en caso de disminuir las calidades y cualidades de lo que se anuncia en los carteles por inclemencias del tiempo, han de ponerse “en la piel de los protagonistas” para suspender o continuar el ritual melodramático.
No he conocido ningún reglamento que se aplique al pie de la letra, por lo tanto, no sé si hay que cambiarlo o dejarlo como está.
Todas las reglas tienen excepciones, se trata… que las excepciones estén justificadas con el consentimiento de la inmensa mayoría del respetable. Reglas que han de ser universales en todos los lugares donde se celebren festejos taurinos. En este caso, las excepciones, fundamentalmente, han de ser para respetar peculiaridades que puedan adornar o dar carácter a  puestas en escenas concretas; pero siempre con el denominador común de ser fieles en autenticidad a los principios, medios y fines del acontecimiento.
Otra cosa es que los presidentes de presidentes – presidentes de gobiernos- den ejemplo al resto de presidentes con sus aciertos… o den licencias con sus desaciertos para mentir, renunciar, someter o someterse, corromper o corromperse, etc. etc.

            Señores presidentes: ¡no digan tantas mentiras!
            A las cabezas cabales: ¿quieren quitarles las miras?
            Analicen, rectifiquen con… personalidad justa y sabia
            ¿Ignoran nuestra habilidad? ¿Creen que estamos en Babia?
            Compran deuda y avaricia por crecimiento y justicia
            Venden publicidad por credibilidad: ¿Dónde va la Humanidad?

 P.D. Angel Arranz nace en la Ciudad de Osma. Sesentón. En su juventud, llegó a participar en veintitantas becerradas y novilladas. Se considera aficionado práctico. Es cofundador de La Escuela Taurina Municipal de Madrid (ahora la llaman de Marcial Lalanda). Ha tomado parte en centenares de tertulias por radio y televisión. Va dejando su actividad como conferenciante y partícipe en mesas redondas y congresos, siempre desinteresadamente. Ha publicado cinco libros con la Editorial Egartorre; el penúltimo y el último, los ha firmado, respectivamente, con el cineasta Jordi Grau y con Rafael Cabrera Bonet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario