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lunes, 26 de agosto de 2013

Birlibirloqueando 18




Por Fernando Bergamín Arniches

                                      Esto se acaba
No puedo estar más de acuerdo con una nota larga del director de este blog "Recortes y Galleos", mi amigo y admirado Rafael Cabrera Bonet. He conocido este escrito días después de su publicación, por lo que justifico este retraso. Su título: "TEMPORADA ¿DE GESTOS?", aparecido el 8 de Agosto. Comienza Cabrera comentando su "desencanto general hacia la actualidad taurina", que le hace seguir la misma con otro apasionamiento mucho menor que el que sentía apenas hace unos años... (cito de memoria). Tan de acuerdo estoy con toda su reflexión sobre lo que está pasando sobre el Arte del Toreo, que incluso he pensado enviar estas letras como un simple admirativo comentario a lo suyo, pero ya que aquí estoy... quisiera además agregar alguna otra impresión propia, casi siempre en el mismo sentido que las suyas. Yo llamo a mi desencanto... profunda desilusión. Y ya sabemos que sin ilusión, para todo en la vida, es como si nos desapareciera la tierra que pisamos, o si el cielo que tantas veces contemplamos con fijeza se difuminara en tenebrosa negrura cósmica. En un "ser sin ser", como nos diría nuestro admirado Lope. Estos días precisamente he pensado mucho en unas primeras palabras admirables de Luis Cernuda que, en su lúcido y profundo poemario "DONDE HABITE EL OLVIDO" (1932-1933), comienza un poema memorable con estos versos: "No es el amor quien muere, somos nosotros mismos." Y cierra el poema "No, no es el amor quien muere." Pero con anterioridad nos ha dicho una gran verdad dentro de este mismo poema: "Solo vive quien mira siempre ante sí los ojos de su aurora".
Volviendo a nuestra actualidad taurina, y tomando ésta como siempre lo hemos hecho, como un "Arte de creación", ¿dónde se nos va quedando en el toreo - como en tantas cosas - esa aurora que de una forma o de otra, siempre nos ha mantenido vivas una inefable ilusión y una pasión sin las cuales ya nada puede verse, ni mirarse, ni sentirse de la misma manera. He pensado con Cernuda - que me perdone el genial poeta este giro - que en nuestro caso, si todo sigue así, es el toreo el que muere, muere irremediablemente. Porque aunque muchas puedan ser las interpretaciones de algo tan complejo como las tauromaquias, no puede faltar lo que pareciera lo más sencillo, el motivo para el que este arte tenga razón de ser, razones para serlo y seguir vivo EL TORO Y EL TORERO, o si se prefiere EL TORERO Y EL TORO, pero siempre desde una verdad inamovible: la de sus valores ciertos y únicos de la creación torera. Nada tiene que ver lo que digo, con estúpidas evoluciones casi siempre interesadas y comerciales.


"El algodón no engaña": Imágenes de El Juli en su reciente "apoteosis" en Bilbao (Fotos de Juan Pasmo en el magnífico reportaje gráfico del blog elrincondeordonez.blogspot.com.es)
Un toro, que no podrá ser jamás ni "escuchimizado" y "birrioso", ni "esmirriado" o "inválido", como nos dice Cabrera en su nota, ni "borrachuzo" como los llamaba a casi todos los de su épocas, el inolvidable Joaquín Vidal. En cuanto al torero - dentro de las muchas evoluciones pasadas y presentes - tendrá que actuar siempre con la verdad por delante, discutible verdad si es mentirosa en el fondo, pero solo una aunque pueda ser de mil formas interpretada, a condición de no hacer trampas ni en la forma ni en su fondo, la que en la ortodoxia o heterodoxia no miente nunca, porque solo debe expresar las muchas formas y maneras de "decir y hacer" el toreo. Aquí llego a un extremo que, al menos para mí, es el más esencial en este arte efímero, único y milagroso, o portentoso si se prefiere. Me refiero al decir y a la personalidad única del torero que lo sea de verdad. Sin ese decir no hay toreo, no hay torero. Ese decir variará mucho según su intérprete, pero tendrá que estar dentro de unas formas que no podrán nunca - jamás - dejar de ser toreras, sin ser tramposas. Creo que el visionario y buen aficionado al toreo, me entiende.
Hoy por hoy, se está atentando de la manera más grave que se puede hacer a este ritual del toreo, desde dentro, desde el mismo toreo o destoreo. La comercialización globalizada, sumada a la fatídica crisis, está convirtiendo esta temporada del año 2013 en una gran falsedad, mantenida con la colaboración de casi todos los medios de comunicación y de los propios toreros que aún cuentan. Se pregonan espectáculos vulgares como "apoteosis" generalizada a la que se refiere precisamente Rafael Cabrera. Y es que sin esas "apoteosis" inventadas ¿cómo podrían vivir tantos y tantos vividores justamente de eso, de las "apoteosis”? Naturalmente, quedan algunas, muy pocas excepciones y voces críticas verdaderas, generalmente las que no viven del toro. Pero por desgracia, del toro, viven casi todos, de ese mundillo degenerado y corrupto - como tantos otros - del toreo.
Se inventan "manos a manos" (de este tema habría que hablar mucho más largo) absurdos y rebuscados, corridas de seis toros con un solo diestro sin posibilidades ni sentido, se suprimen en muchos casos los sorteos para que cada torero se lleve sus toritos a la plaza. Y ni así, consiguen llenar más de tres cuartos de plaza, en el mejor de los casos. El público no acepta, ni le interesa, este monótono planteamiento. Con Manzanares, que está dejando de ser el torero que tanto nos ilusionó. Con Talavante, cada día más creído de sí mismo y repitiendo casi tarde a tarde sus propias genialidades, que ya lo van siendo menos. Con un Juli que mucho hemos defendido últimamente pero que ha vuelto, después de su percance, a "quitarse" y a torear distanciado como en sus más flojos momentos. Nos queda Morante, todo un torero, que acaba de caer gravemente herido en Huesca... toreando "mano a mano" nada menos que con Ponce... Desde aquí le deseamos su pronta mejoría, porque es torero puro y grande, pero modestamente pensamos que no lo es de 70 o más corridas toreadas por temporadas, aquí y allí... en Plazas y Plazuelas... Pero solo él está en conocimiento y pleno derecho de plantearse su "carrera" como le dé la gana. Le respetamos, es cosa suya. Mientras, la más sonada crítica madrileña afirma que sus medias verónicas "son del copón". ¿Es ése el lenguaje adecuado para definir el gran toreo de Morante, o más bien la modernidad del nuevo lenguaje crítico?


"El algodón no engaña": Imágenes de El Juli en su reciente "apoteosis" en Bilbao (Fotos de Juan Pasmo en el magnífico reportaje gráfico del blog elrincondeordonez.blogspot.com.es)
Se habla ahora mucho de Iván Fandiño, y se hablará más. Yo reconozco que tiene ganas de ser torero, sin trampa ni cartón, al menos por ahora: formas firmes, quietud, valor y voluntad. Tengo que afirmar sin embargo - y siento hacerlo - que a mí personalmente su toreo no me dice nada, o muy poco. Es torero corto, muy corto y repetitivo, como se ha visto en su absurda insistencia en matar corridas de seis toros. En su última tarde en Bayona, con una descastadísima y mal presentada corrida de Fuente Ymbro, no hizo nada con un mínimo contenido, evidenció su cortedad y monotonía toda la tarde. Así no se matan seis toros, aunque sean malos. Es fundamental una variedad de la que Fandiño carece en absoluto, al menos por ahora.
Yo tengo mi decisión tomada: no vuelvo a las Plazas hasta que no lo haga, ¡a torear!, José Tomás. Así de rotundo. ¿Y volverá? Creo que algo tendría que decirnos el propio torero. Aunque me lo imagino asqueado de todo el mundillo del toro que, por su ética tan personal, supongo que no podrá aceptar.
Gracias por tu nota, querido Cabrera y aquí te dejo esta coplilla que creo muy sentida:
"Me estoy quedando tan solo / como se queda el torero / después de matar al toro." (José Bergamín)
Al terminar estas líneas me entero de la lamentable cogida de Jiménez Fortes en Bilbao, por desgracia todos los toros cogen. Le deseo una pronta recuperación, pero no voy a quitar ni una sola línea de lo aquí escrito, ni voy a caer en ningún sentimiento de "verano sangriento" cuando el arte del toreo está pasando por una casi irremediable decadencia en la que están participando, desde dentro, ganaderos, empresarios, críticos, y muchos toreros.
  
Madrid, Agosto de 2013

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